miércoles, 6 de abril de 2011

JAQUE MATE


Jaque Mate. Octavio Ocampo.





En mi clase de lingüística hemos analizado mas de 20 pinturas de este artista, maestro en el estilo metamórfico.

En el blog anterior, hablé de mi admiración por su obra y el tema principal expresado en sus creaciones. Este es un ejemplo  corto de la manera en que tratamos cada imágen, escudriñando sus elementos y el significado, tanto de cada uno, como de la imágen completa. 







ESTRUCTURA SUPERFICIAL:
Es la escena de dos hombres jugando una partida de ajedrez, muy amenos, y en ellos, la imagen de una calavera.

ESTRUCTURA PROFUNDA:
El cuadro describe la astucia de la muerte frente a la vida. El ajedrez es la naturaleza de la muerte, quien, cuando menos nos lo esperamos, nos dice Jaque Mate. Inevitablemente somos presa del juego de la vida, que tarde o temprano nos termina ganando.
A veces es cuestión de suerte, otras de inteligencia, pero siempre es el mismo final. El reloj representa el tiempo que en algún momento se acaba. La inevitable muerte es retratada con ingenio y a través de los símbolos.



La Metamorfosis de Octavio Ocampo


La pintura de Octavio Ocampo es una invitación a que el espectador pase de la perturbación a la observación minuciosa de los múltiples rostros de la realidad que estos mismos crean y representan.

Es como si nos estuviera diciendo: “Nada es lo que parece, detente y observa porque descubrirás un mundo sobre otro, donde ambos se complementan”.

Ocampo encuentra placer en cautivar al público y llevarlo a este mundo o etapa del ser humano a través de su pintura y de cada detalle.


El tema principal de su obra:
Es el ser humano y su historia. Esa realidad vista a través de múltiples perspectivas. Retrata rostros y despliega biografías por medio de símbolos y signos.

Pinta todo aquello que al ser humano impacta y cambia. Un mensaje de que la historia siempre tiene una cara que mostrar y lleva en sí elementos que le dan vida y sentido.

Admiro su ánimo perfeccionista, esa obsesión y capricho por sobreponer múltiples figuras e imágenes haciendo uso de la ilusión óptica con las formas, el color, la luz, y sobre todo, el ingenio y creatividad. 


Tu Mente

 
Ya ni siquiera me siento poeta;
Ya no quiero escribir de ti.
Aunque intente virar a otras épocas,
Admirar algo mas, no sentir.
Sentirte de nuevo hace daño.
¿Por qué volver a vivirte?
¿Por qué entregarte lo mío?
Lo que es tan mío y que ahora es ajeno.
Desaparezco ante mi misma
Con lo invisible que te vuelves.
Ya ni siquiera me dan ganas,
De esas intensas de ser feliz.
Contigo (claro), ¿con quién más?
Vivo llena de oportunidades usadas;
De decirte cuanto disfruté tus brazos
De admirarte sin miedo al rechazo.
Pedir consuelo a cambio de besos y abrazos;
De amarte sencillo, de sentir lo mismo.
Ahora ya no te conozco.
No sé quien fuiste, ni porque huiste.
Contemplo mi miseria en un coctel de miedo;
Miedo de avergonzarme de esto;
Esto que cubro con capas de placebo,
Ebriedad de dulces, letras, risas sin sentido.
Viajes, el aire, la lluvia sin sonido.
Solo quería una verdad más amable…
Me arrancaste del polvo,
Me enseñaste el infierno.
¡Tanto! frente a mi arrastraste.
Frente a mi mostraste… ¡Tanto!
Me diste tan poco, y me quedo una lágrima
Que no sabe a dónde ir, ni porque está aquí.
Cuando te odio, y no puedo, ¡te odio!
Cuando te amo, tampoco se me permite.
Y se van pudriendo mis sentimientos.
Por dentro, los días son grises.
Ya ni siquiera puedo desearte mal
Toda yo, por completo está feliz
Que sea ella a quien empapes de sonrisas.
En aras de que no podría ser yo,
No voy a pretender nada (no puedo).
Querer ponerle flores a los muertos
…o querer cambiar las cosas;
Por más bellas las rosas, no reviven.
Aborrezco lo que me haces ver:
Todo lo que fuimos juntos,
Lo que me engendras.
Secaste mis creaciones;
Ya no tengo nada nuevo.
Soy solo una marchita flor
Yo, el desierto de tu pasado.
Un jardín árido y amargo
Que de noche recorres en tus sueños
-o así es que lo deseo, y me recuerdes-.
Que me recuerdes cuando duermes,
En el tiempo (el que antes era mío),
Y decidieses hablarme,
Y no fingir lo confundido.
Podrías darme razones que no merezco.
El porqué de lo que haces, envidio.
Lo que piensas, que me encantaba
Tu mente, donde antes yo paseaba,
Y cuyas gotas de memoria celo.
Corazón que como tempano de hielo
Me congela desde lejos.
Sé que aunque lo dices, no lo sientes.
¿Cómo has de quererme si pretendes
Darme tus migajas de cariño?
Si es que aun podrías ser mi amigo,
Antes de que muera yo en tus manos.
Cuando al fin logre llegar a ellas,
Cuando pueda leerte y entenderte,
Cuando te encuentre, y me encuentres inerte.
Te volviste mi energía, mi sangre,
El cordón que me unía con el mundo
Cuando no veía más que tu mirada.
Cuando no cabía más que tu voz
Pronunciando mi nombre, me prensabas
Hasta quedarme dormida en tu aliento.
Hasta que fuimos quedando fundidos,
Con los ojos cerrados y el alma volada en suspiros
Dormidos, yo te acariciaba con el viento.

Horas Tristes de Tu Ausencia

 
Estoy rendida, cansada agotada.
Sin embargo sigo aquí desesperada.
Mi cabeza recostada en esta cama.
Dominando estás mi mano, es tu esclava.
Atrapada en sentimientos y cambiada,
sumergida en este espacio que reclamas.

Siento cómo mis parpados decaen.
Oigo claramente, mi agitado tórax habla.
Es como si buscara lo perfecto... ¡Desquiciada!
Como si las palabras sustituyen tu llegada.

Te extraño, aquí esta la evidencia,
en esta incoherencia, en estas sólidas vivencias;
en este diario sucio, en esta vívida dolencia.
¡Ya no aguanto más! Golpean a mi paz
Las horas tristes de tu ausencia.

Se mezclan con la risa, echan de menos tu presencia.
Irrumpen a costillas del reloj, de su destreza.
Quizá haya sido el dulce, el café... ¡Las consecuencias!
Y aunque todavía no acepte estar cada vez más inmersa;
comprendo en mis adentros que el peligro, la vergüenza,
un tanto se acercaron a mi vida y hoy comienzan.

Por culpa de tu abstracta concepción de la belleza
a un pájaro sin rumbo mis impulsos se asemejan.
Lo siento, soy tan ruda ¡es mi dureza!
¡Me duele!, soy tan frágil cuando el miedo se condensa.
Renace la esperanza y quedo yo, ¡Sueño despierta!
Me alimento de recuerdos de los dos, de lo que piensas.

Es que en sí, no tiene ciencia
¡creer en cosas que tal vez nunca sean ciertas!

Insectos Como Nunca Antes Vistos


Acabo de ver las impresionantes fotos de Thomas Shahan. No sé si fotografía otra cosa que no sean insectos, pero no hace falta. Este hombre se arrastra (literalmente) hasta conseguir la toma que quiere. Personalmente, ver como alguien captura a través del lente y nos devela la gloria de Dios y la belleza de su creación hasta en las más pequeñas criaturas, es algo digno de catarsis.

Recuerdo una de esas meditaciones en las que me preguntaba la utilidad de las moscas y porque tenían que ser tan molestas. Llegue a considerar conveniente que desaparecieran de la tierra. Luego, humildemente reconocí lo torpe de mi opinión. Entendí como unas simples larvas terminaban siendo la llave para esclarecer horrendos crímenes, en esos programas televisivos de medicina forense. Pero nunca había visto estos animalitos tan vívidos, coloridos y admirables como los muestra el arte de Shahan.  







martes, 5 de abril de 2011

Universidad de San Pedro Sula

Su eslogan es "...con todo", y el lema de este periodo es: "Aqui tú eres el protagonista". No quiero despotricar contra al institución que me ha dado la oportunidad de estudiar la carrera que amo, y que me ha facilitado media beca académica. No es mi intención comenzar una revolución y mucho menos causar daños o heridas. Pero es mi catarsis y creo que es justo y necesario, hablar lo que es debido y criticar con el afán de despertar conciencias.

En los dos años de permanecer en las aulas, clase tras clase, y de pasar una y otra vez por la famosa "pasarela", hay cosas que simplemente tienen que decirse. Es como si la calidad educativa fuera inversamente proporcional a lo formidable de su infraestructura. Realmente -al menos en mi carrera-, es urgente la incorporación de un sistema de supervisión y control que garantice desde lo más basico (cumplimiento de horarios, asistencia) hasta lo más imprescindible (el aprendizaje verdadero), en lo que a catedráticos se refiere.

Estos ojos (que se los comerán los gusanos algún día) han tenido que ver y soportar con paciencia, entre el tedio y la descepción, como personas que tal vez son muy buenos profesionales, usurpan cátedras y hacen de un espacio, que es para la trascendencia y la formacion de las mentes, simples y pateticos discursos. Hacen pasar el tiempo y esconden su falta de planificación, esmero, y a veces, conocimiento, detras de jornadas interminables de exposiciones que no critican, investigaciones que no leen, ejercicios que no revisan, temas que ven a superficialidad, palabras soeces, comentarios parcializados y libros que escuetamente se leen.

Uno de ellos, con el mayor de los descaros, practicamente vendía la clase. Exigió a lo largo del período un libro de trabajo, otro de ejercicios, uno de lectura, y lo imporante no era sacarles provecho o aplicar lo aprendido, sino que el alumno lo comprara, porque eso le daria los puntos. Apenas y hojeaba los trabajos presentados, solo los miraba, y ponía la nota. Luego, los que reprobaban, discretamente hacian fila fuera del aula. Y él, no tan discretamente les pedía un par o tres libros, no para donarlos a la biblioteca, no para que los leyeran e hicieran algun resumen, sino para formar parte de su repertorio personal de libros obtenidos mediante el mismo método. Muy letrado ha de ser, considerando el numero de los solicitantes de la "segunda oportunidad". Luego durante clases, se empeñó en culturizarnos sobre todo tema que se le ocurriera, exeptuando uno: el de su clase. Ese unas cuantas veces lo tocó, siempre dentro de lo básico, rayano en escolar.

Luego otro catedrático, esta vez empecinado en manifestar su punto de vista y opinión personal en plena crisis política. No propiciando el debate, no buscando ver el fenómeno, diseccionarlo y escudriñarlo desde el area que correspondía a su clase. Llegó el examen final y no vimos ni la tercera parte del libro asignado.

En dos ocaciones tuve mas de dos catedráticos por clase. En la primera experiencia, perdí varios dias, que nadie repuso, días que pagué, horas que no me fueron devueltas. El tercer catedrático que llegó igual que la anterior, tuvo que regresar a lo básico. Al final terminé sabiendo poco más del contenido que se podría facilmente evacuar en unas tres semanas.

En la segunda clase, la segunda maestra, solo diré que sigo sospechando que no sabía mucho del tema, y por eso se dedicaba a extender oraciones sencillas y convertirlas en sendas disertaciones, muy protocolarias, tambien para perder el tiempo, o tal vez porque así es ella. Lo importante es que salí tal vez mas confundida que como entré.

Son tantas experiencias, que no cabrían en este post sin antes dormir al lector. Pero con todo lo malo, sería injusto no destacar aquellos pocos que se han ganado la admiración y agradecimiento de unos, y por supuesto la apatía de los que gustan de pasar con el más mínimo esfuerzo. Estos, son los maestros que hacen que valga la pena levantarse por las mañanas, tomar dos buses y caminar unas tres cuadras en total, para estar frente a ellos y recibir el pan del saber. Que exigen por que les interesa ocasionar un cambio positivo, poner a prueba y pulir los talentos. A ellos mi respeto y especial mención, por que se lo merecen una y mil veces.

Una cosa es clara, y a la vez aliviante: casi todo se podría prevenir con dos medidas. La primera es la supervisión adecuada, con personas preparadas, entendidas, ajenas al personal de la institución. La segunda es la puesta en práctica de una política de participación estudiantil en los asuntos de su propia enseñanza, fomentando la crítica constructiva, la exigencia, y sobre todo, el acercamiento de las autoridades universitarias al alumno, escuchar lo que tienen que decir y hacer algo al respecto.

No evaluaciones esporádicas que no toman en cuenta, no solo ver las quejas (tal vez mal ejecutadas) de los alumnos como una amenaza, sino como una expresión de inconformidad, una oportunidad para generar valor agregado y cambiar aquello que está mal, porque hay demasiadas cosas que están mal. Y sinceramente, creo que es demasiado posible mejorar. Tanto, que me siento desconsolada cuando la misma historia se repite cada tres meses y aun tengo la sospecha de que nada o poco de lo que haga provocará algún cambio.

Periodista Digital: Más trabajo... ¡y menos prestigio!


Leyendo por ahí a Alberto “Paco” (http://variedadplus.blogspot.com/), encontré algo que me llamó la atención; ¡y es que es una gran verdad! De alguna manera, el nuevo formato en el que se desenvuelve la profesión del periodista, no hay lugar para protagonismo.

Es cierto, desde hace mucho, se viene enseñando que el periodista no debe formar parte de la noticia, y desaparecer lo más posible. Pero en internet, el redactor no es dueño de su nota. Ni siquiera es exclusiva. Ha de abrir espacio a cualquier cantidad de adiciones a su trabajo, no por parte de su editor, ni su jefe, sino de todo aquel que lea su escrito y decida que quiere comentarlo.

Recuerdo las palabras del cartero de Neruda en Il Postino: “El poema no es de quien lo escribe, sino de quien lo lee”, y sin objeto de pasar a lo romántico o sentimental, es así también en el mundo noticioso. Jean Fogel, como profesor de la Fundación Nuevo Periodismo, habla de una relación horizontal con la audiencia.

Los nuevos tiempos exigen periodistas no solo más actualizados y hábiles en tecnología y gestión de información, sino también un cambio de actitud hacia el público lector, una experiencia mucho más cercana y una interacción acortada en tiempo y aumentada en cantidad. Inclusive se convierte en un banco potencial de fuentes.

Concluyo con una observación: Es increíble lo que la gente dice con un teclado de por medio, y es labor del periodista estar atento a este nuevo recurso, que es el internet, para sacarle el mejor de los provechos y realizar con calidad su trabajo.