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| Amarillismo: Portada de La Tribuna hace unos años. |
Es una verdad desgarradora, pero Honduras urge de acciones y medidas inmediatas que busquen aminorar los alarmantes índices de violencia en los que vivimos. Solo en los últimos cuatro años, las muertes se han duplicado. Y en el 2010 murieron por homicidio 6,236 personas.
A raíz de estos hechos y en medio de un ambiente de inseguridad, impunidad y miedo, surge una propuesta inspirada en Colombia y que recientemente aprobó nuestro Congreso Nacional.
Crear problemas para ofrecer soluciones
La ley Temporal para la Seguridad Nacional, entre otras cosas, se propone cobrar una tasa a la empresa privada para crear un fideicomiso que aporte anualmente unos 1500 millones de lempiras al sistema de Seguridad Nacional.
Hasta aquí todo parece razonable, es más, el propio Presidente Porfirio Lobo, en declaraciones muy parecidas a la inclinación de su homólogo vaquero, pronunció estas palabras: "Los que tienen dinero, que colaboren con el pueblo”.
Sin embargo, una mirada más acuciosa nos apunta a algunas verdades que desconciertan. Noam Chomsky, un influyente intelectual y crítico estadounidense plantea que una de las estrategias de manipulación mediática es la de crear o dejar que se intensifiquen los problemas sociales y luego ofrecer soluciones. Soluciones que van en detrimento de la libertad de las personas.
Vemos sangre y crímenes todos los días. El entretenimiento la promueve, y los medios nacionales son especialistas en exacerbarla y vendernos las imágenes sangrientas, las matanzas más atroces y las imágenes más dolorosas. Tanto nos explotan el morbo, que sin una portada amarillista los periódicos ya no se venden.
Desde ya la propuesta de las Escuchas telefónicas anunciaba un enfoque gubernamental en la seguridad nacional. Luego la famosa tasa de seguridad promete ser la panacea que curará todos los problemas al respecto porque a la secretaria y a la policía no le alcanzan los fondos. La plantearon como una acción a lo “Robin Hood” legal, que quitaría a los ricos para darle a los pobres.
¿Es o no la tasa de seguridad una estrategia de manipulación?
La respuesta está en los posibles resultados y principales benefactores de la medida. El propio Presidente del COHEP dijo que la carga será para los consumidores vía alza al precio de los productos. Y aunque Lobo afirme sanciones para las empresas que lo hagan, poco puede esperarse de un país aun incapaz de frenar la evasión fiscal en empresas multimillonarias. Todo esto reduce la ley a un falso discurso populista.
Ya se había creado una tasa de seguridad en 29 municipalidades y el problema no se ha resuelto. Peor aún, la falta de dinero no es la causa, sino la mala administración de los fondos presupuestarios y la deficiente ejecución, al punto que los incapaces funcionarios de alto nivel recibirán un taller este mes para aprender a dar resultados. Si no pueden hacer que rinda su propio dinero, ¿qué caso tiene entonces la nueva ley?
A esto sumemos que somos el cuarto país más corrupto de América Latina, los vínculos de la policía con el crimen organizado, su descrédito entre la población, la mayor mora judicial en Centroamérica y el hacinamiento en las cárceles.
Las medidas de confrontación tampoco detienen el surgimiento de más criminales. El propio Chomsky declaró que según estudios, la manera más barata y eficaz para combatir la violencia a largo plazo es invertir en educación. De otra manera solo estaremos asegurando que el ciclo de violencia continúe sin erradicar el problema de raíz.
Los 1500 millones de lempiras al año que representan casi la mitad del presupuesto total de la Secretaría de Seguridad no sanearan el sistema de seguridad pública ni eliminaran la violencia de las calles. No importa cuántos millones sean… jamás llegarán a su destino intactos, y lo que llegue no hará un cambio significativo.
Sí, la ley es en realidad una estrategia más para ofrecer falsas soluciones a problemas elementales. Su único propósito es manipular la opinión pública sobre el gobierno y mejorar la imagen del Presidente –como amigo del pueblo-, y del Congreso y sus diputados –como los que trabajan creando leyes para el pueblo-; todo en un reciente escenario de posible apertura a reelecciones.
La hermosa teoría estimulará a la corrupción y cargará a las masas con el aumento de precios y la perpetua situación de inseguridad y violencia. Podrá ser de hecho, una muy buena idea, pero hasta las mentiras pasan por verdades si se saben decir bien. Chomsky lo afirma y esta vez los hechos lo confirman: Prepárese, porque lo que viene, no es fácil.
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